jueves, 25 de febrero de 2010

Enamorada de un heterónimo

Me he dado el gustazo de comprarme un enoooooorme mango y ahora me lo como mientras veo Braveheart (Podrán quitarnos la vida per jamás nos quitarán las faldas de cuadros!)


Yo nunca guardé rebaños
     
      Yo nunca guardé rebaños,
      pero es como si los guardara.
      Mi alma es como un pastor,
      conoce el viento y el sol
      y anda de la mano de las Estaciones
      siguiendo y mirando.
      Toda la paz de la Naturaleza a solas
      viene a sentarse a mi lado.
      Pero permanezco triste, como un atardecer
      para nuestra imaginación,
      cuando refresca en el fondo de la planicie
      y se siente que la noche ha entrado
      como una mariposa por la ventana.
     
      Pero mi tristeza es sosiego
      porque es natural y justa
      y es lo que debe haber en el alma
      cuando piensa que ya existe
      y las manos cogen flores sin darse cuenta.
     
      Con un ruido de cencerros
      más allá de la curva del camino
      mis pensamientos están contentos.
     
      Pensar molesta como andar bajo la lluvia
      cuando el viento crece y parece que llueve más.
     
      No tengo ambiciones ni deseos.
      Ser poeta no es una ambición mía.
      Es mi manera de estar sólo.     

                                    Alberto Caeiro/Fernando Pessoa

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